jueves, 12 de marzo de 2020

Comunicado para los coronavirus



Viendo esta página de la historia humana que hoy yo ayudo a escribir con todos mis contemporáneos humanos es inevitable para mi hacer unas reflexiones ante la desbordante paranoia y falta de solidaridad de la especie humana. Tal vez estoy esperando de la especie humana un comportamiento social que no corresponde y quise entender el comportamiento social de nuestra amenaza. Ante la falta de comunicación oficial por parte de la especie vírica, con quienes hoy nos enfrentamos en Pandemia, me permito dar el primer paso para llevarles a unos y otros esta comunicación. 

Ambos, ustedes los coronavirus, como otros virus y la especie humana hemos compartido el escenario de la "vida terrestre" durante miles de años si consideramos nuestros orígenes remotos. Es posible también que tuviéramos un ancestro común o por lo menos unos ancestros independientes como especies o formas de vida autónomas que coexistieron íntimamente compartiendo su material genético. Ambos hemos sobrevivido como formas de vida, por lo menos hasta ahora. Pero ambos no somos las únicas formas de vida del planeta tierra, un minúsculo y reciente teatro del universo evolutivo. Sin embargo, nosotros como especie, actuamos deliberadamente como si nos asistiera el "derecho" a subsistir como especie a toda costa, es decir, ese derecho es excluyente de las demás formas de vida y aún de algunos grupos y categorías de individuos de nuestra misma especie. La prueba irrefutable de esta sentencia es la historia antigua y reciente de las civilizaciones, religiones, culturas, naciones y empresas humanas. La historia de ustedes, los coronavirus que ha sido narrada desde la perspectiva de la ciencia, otro artilugio de las entendederas humanas, parece mucho mas simple y tal vez benigna y coherente. 

Cuál es el sentido de la existencia de ustedes los coronavirus? Son un obstáculo puesto ingeniosamente a la evolución de la especie humana con el fin de especializar y refinar las funciones inmunológicas humanas para seleccionar una población de individuos mas adaptados? Son un producto erróneo de un ensayo libre evolutivo con el que ahora nos toca convivir? Son un castigo divino a nuestro comportamiento social? Son ustedes el inicio del pago de un precio a nuestras desmedidas aspiraciones de subsistencia a toda costa? Podríamos responder afirmativamente a todas estas preguntas y estoy seguro que tendremos muchos individuos de nuestra especie inteligente detrás de cada una de esas respuestas afirmativas así como de millares de otras más, con mucho mas bases en la ciencia, en las creencias, en el temor, en la esperanza y aún en el nihilismo. Pero siempre tendremos una respuesta auto-referencial. Paranoica, si se quiere, pero exclusivamente desde una perspectiva humana. Es decir, desde nuestra perspectiva.

Hoy por hoy, desde la ciencia es imposible deslindar ese derecho a la subsistencia común porque la ciencia necesariamente ha tenido un "para qué" que nos hace prevalecer como especie. Y ese propósito está inefablemente ligado al nacimiento y desarrollo de la ciencia y su impacto en el acervo colectivo del intelecto, la razón y el inconsciente humanos. Hasta hace poco y en relación con nuestra subsistencia amenazada, se empiezan a esbozar ideas de un derecho compartido o común, a la subsistencia que nos conecta con una noción de solidaridad que supera lo meramente humano. 

Ustedes los coronavirus se han metido en nuestra esencia orgánica, pero mas grave, con nuestro sentido común e individual de subsistencia privilegiada, con nuestra esperanza y nuestro sentido de trascendencia y nos han causado pánico y paranoia. Ahora tenemos una especie llena de individuos falsamente solidarios, no como ustedes o  las bacterias o las hormigas o las abejas, sino con individuos autónomos atemorizados pegados a las más inverosímiles interpretaciones de toda representación para hacernos capaces de seguir abandonando nuestra ancestral intuición de proteger el derecho universal de subsistencia común. 

Estimados virus, hoy las diferencias entre los individuos humanos parecen acercarnos pero si nuestra pandémica coexistencia llega a afectar más nuestros niveles de paranoia y temor colectivo, esas diferencias nos van a separar en categorías que privilegiarán la subsistencia de algunos. Esto ya lo hemos hecho por otras razones a lo largo de la historia de nuestra especie. Será muy interesante verlo desde su perspectiva vírica. Tal vez como lo ha sido otras veces ver como han presenciado la extinción de hordas de especies antiguas y nuevas de un planeta que cambia rápidamente el escenario orgánico por uno de plástico.

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